Más de una década había transcurrido desde aquella primera carrera de la Casa de Campo de Madrid; si por entonces se auguraban malos tiempos, la Guerra Civil traería tras de sí el aislamiento, el racionamiento, el silencio y el miedo.
Se le atribuye a Winston Churchil la curiosa frase de,” los ciudadanos de un país pueden considerarse libres, cuando el único que puede llamar a su puerta de madrugada es el lechero”. En nuestro país no era ese el caso.
Esta segunda carrera ya en “La Era Triunfal”, como gustaba llamar a este periodo a los vencedores, tuvo unas connotaciones patrióticas a la altura de los tiempos que corrían.
La exaltación de nuestros bravos pilotos, y de lo que serían capaces de demostrar al mundo si tuvieran máquinas más modernas, el éxito de la organización y del ejemplar comportamiento de los miles de asistentes, así como el ensalzamiento de “nuestra españolísima nueva marca, Montesa”, eran los argumentos que la prensa deportiva del momento esgrimía ante quienes dudaban del éxito de este evento.
De hecho, la organización de las carreras estuvo a cargo del “Real” Moto Club de España, después de que durante la República, con muy buen criterio, se quedase, como se podía apreciar en el cartel de la primera carrera del Retiro en 1935, en Moto Club de España.
Volviendo a la incipiente, pero realmente impactante irrupción de Montesa en esta carrera, su participación fue verdaderamente espectacular, siendo pilotadas sus pequeñas máquinas de 100 y 125 cc. por unos jóvenes que ya comenzaban a forjar la historia del motociclismo español, como eran Bultó, Milá, Romeu, Bresca…
Su victoria sobre las DKW en ambas categorías fue implacable, abriendo un camino que sería aprovechado por multitud de incipientes marcas que con los precarios medios del momento, también demostrarían su habilidad en la construcción de motocicletas de 2T de pequeña cilindrada.
Sin embargo, en las categorías grandes, las viejas Norton, Ariel, Terrot, Rudge o BMW que habían pasado una guerra, y que prácticamente habían sido recicladas y restauradas para su utilización civil, eran las monturas utilizadas en 250,350, fuerza libre y sidecares. En efecto, unos años después, cuando se pudo disponer de motocicletas más modernas, pilotos de la talla de A. Creus, Ernesto Vidal, Manuel Giró, Alfredo Flores, Mosteiro, Ortueta o Pizcueta serían las estrellas de la competición en España en las grandes cilindradas. Aunque, por desgracia, una generación se había quedado por el camino.
Clasificación
125 cc
- Bultó (Montesa)
- Romeu (Montesa)
- Gil Palencia (DKW)
100 cc
- Romeu (Montesa)
- Carlos Prieto (DWW)
- Bresca (Montesa)
250 cc
- Faura (Terrot)
- Grau (Rudge)
- Mosteiro (BSA)
350 cc
- Flores (Rudge)
- Gili (Norton)
- Antón (Ariel)
Fuerza libre
- Vidal
- Lopez Sert
- Ramírez
- San Juán, A. Creus.
Sidecares
- Manuel Giró (BMW)