Ya nos hemos decidido a comprar nuestra moto o scooter y siempre nos surge la pregunta si es mejor estrenarla, comprarla nueva, o bien si nos podemos ahorrar algo comprándola de segunda mano.
Consejos para comprar una moto nueva
La opción moto nueva siempre es la más segura porque todos sus elementos estarán a estrenar, tendremos el periodo de garantía intacto, como mínimo dos años y accederemos a los sistemas de financiación de la propia marca, que suelen ser bastante interesantes.
También una moto nueva tiene la ventaja que seremos nosotros los que controlaremos desde el primer minuto que la moto ha estado bien utilizada y mantenida, siendo rigurosos con los periodos de revisión que marca el libro de mantenimiento.
Una moto nueva es una buena inversión si pensamos mantenerla durante algunos años, si no pensamos cambiarla en un breve periodo de tiempo, por ejemplo porque tengamos pensado subir de carnet cuando tengamos la edad reglamentaria.
Consejos para comprar una moto de segunda mano
Las motos de segunda mano son una opción también muy válida. En el mercado encontraremos muchas y, la mayoría de ellas están en perfecto estado. Por ejemplo es relativamente sencillo encontrar un scooter de 125 cc que haya tenido poco uso y no tenga demasiados años.
Las motos de segunda mano las puedes comprar directamente a un particular o bien acudir a un concesionario. En el primer caso encontrarás una variedad mucho más grande y casi siempre mejores precios al no intermediar una tienda entre el vendedor y el comprador.
¿Tienen garantía las motos usadas?
Las motos de los concesionarios tienen la ventaja que cuentan con una garantía del vendedor de un año. El vendedor garantizará que la moto esté en perfecto estado y que no tenga lo que de denominan “vicios ocultos”. Defectos que no fueron apreciados en el momento de la venta y que con el tiempo y el uso han aparecido. El concesionario se responsabiliza de ello y para evitar problemas suele hacer una revisión profunda del vehículo antes de entregarlo a su nuevo propietario.
En el caso de que la compra-venta se realice entre particulares, la garantía es de seis meses. El vendedor sólo se responsabilizará de los vicios ocultos de la moto, que el defecto no fuese evidente en el momento de la compra.
Antes de comprar tu moto de segunda mano concertarás una visita al vendedor. Debes revisar bien la moto que vas a comprar. Si no tienes mucha experiencia, lo mejor es que vayas acompañado con una persona que tenga más conocimientos sobre motos.
Si el vendedor tiene el libro de revisiones al día y en un concesionario oficial, es un buen indicador que la moto ha estado perfectamente mantenida. Pide también si tiene las facturas de las reparaciones que se han hecho a la moto. Arranca la moto y, si el vendedor te deja, date una vuelta.
En el caso de una 125 o de una moto del A2, es muy posible que se venda para cambiarla por otra moto más grande y que todo esté en perfecto estado. Pregunta si éste es el motivo.
Inspección visual de la moto
Visualmente la moto debe tener buen aspecto, aunque al ser de segunda mano es posible que tenga algún raspón o desperfecto de pequeñas caídas. Pregunta por ellas al vendedor. Revisa el estado de los neumáticos, hablan mucho del tipo de conducción que ha realizado. Mira también el desgaste de puños, manetas y estriberas, que debe ser acorde a los kilómetros que tiene. Pregunta cuándo le toca la siguiente revisión y el importe aproximado de ésta.
En Internet puedes encontrar el manual de propietario de la moto que te vas a comprar, si ya tienes algunos conocimientos sobre ella será más fácil revisar la que has encontrado en el mercado de segunda mano.
La moto debe tener toda la documentación en regla. La ITV, si tiene más de cuatro años, pasada… y el impuesto municipal al día. En Tráfico puedes pedir un informe del vehículo para comprobar que no tiene ningún problema legal.
Si la moto es muy antigua pero tiene pocos kilómetros quizás sea una buena oportunidad, pero igual carece de etiqueta ecológica. Te en cuenta este detalle.
Te corresponde a tí hacerte cargo de los gastos de la transferencia del vehículo. Lo mejor es acudir a una gestoría junto con el vendedor para hacer este trámite cómodamente y sin sorpresas. En KmCero tenemos servicios de gestoría para nuestros socios.