El casco que usamos para la moto también tiene fecha de caducidad. No sólo por el uso y el desgaste debemos cambiar este imprescindible elemento de seguridad, si no también por la caducidad de sus componentes o, más importante, porque haya sufrido un fuerte golpe.
Según la DGT el casco reduce en cerca de un 50 por ciento las muertes cuando se produce un accidente de moto, y casi un 70 por ciento de las lesiones más graves… Es un elemento para cuidar y tener en cuenta, ¿no?
¿Cuándo caduca el material del que está hecho nuestro casco?
Dependiendo del tipo de material con el que esté construido el casco tendrá una caducidad u otra. Los cascos de moto suelen estar construidos en policarbonato, plástico o ABS (los más económicos9 o en fibra de vidrio, tricomposite o de fibra de carbono (los más caros). En este artículo profundizamos en los tipos de cascos que hay en el mercado y sus características. Un casco de policarbonato tiene una vida útil de cinco años, a partir de este momento comenzará a perder sus cualidades y el índice de su protección disminuirá. Un casco de fibra de vidrio o de carbono comienza a perder cualidades a partir de los ocho años desde su fecha de fabricación.
La normativa europea no obliga al fabricante a poner en el casco la fecha de fabricación, pero más o menos podemos hacernos una idea de que este elemento desde que es fabricado hasta que llega a las manos de su propietario han podido pasar unos 12 meses. También es cierto que un casco en su embalaje original y almacenado no se degrada tan rápido que cuando ya está en uso, sometido a las condiciones normales de los que vamos en moto… Sol en verano, frío en invierno, lluvia, impactos que recibe cuando vamos en carretera… Con esto lo que queremos decir es que calcules sobre cinco años desde que comienzas a usar un casco de gama económica, y ocho para los de gama superior.
Lo que sí es cierto es que depende del uso que le des a tu casco, de cómo lo cuides, que dure más o menos. La limpieza habitual con jabones neutros, sobre todo la pantalla, ventilar bien su interior, usar una funda protectora o no dejarlo expuesto a la luz del sol o encima de un radiador en invierno harán que el material esté en las mejores condiciones posibles. También la limpieza y ventilación del interior es importante, por ello por ejemplo son muy prácticos los soportes de casco como el de Tucano Urbano para mantener el casco con la abertura hacia arriba cuando no lo utilizamos.
En caso de accidente, cambia de casco
Los cascos de moto no están pensados para resistir un impacto directo, más bien su función es la de absorber la fuerza de este impacto y que no llegue de la forma más atenuada posible a nuestra cabeza. Su función no es la de resistir, es la de proteger. La fibra de vidrio no es un material demasiado duro, pero sí tiene la particularidad que hace que la fuerza de un impacto se distribuya por toda su estructura. El poliestireno expandido interior, lo que va entre la calota exterior (que es lo que está fabricado en fibra o policarbonato) y el acolchado interior, es la segunda capa que absorbe la fuerza del impacto e impide que llegue a nuestra cabeza.. Este elemento se deforma de forma irremediable a la hora de recibir un impacto, perdiendo sus cualidades.
En caso sufrir un accidente de moto o bien que el casco se haya caído desde una altura considerable (más o menos desde dos metros) un casco debe de ser desechado por uno nuevo. Un impacto, aunque aparentemente no parezca que haya ningún daño, hace que la estructura del casco no tenga ya la suficiente rigidez y no pueda proporcionarnos la máxima protección.
Ten mucho cuidado con colocar siempre tu casco en un lugar donde no pueda caerse, evita por ejemplo dejarlo en el asiento de la moto o en un lugar inestable. Lleva siempre una funda protectora o una mochila específica a mano para transportarlo.
Escatimar en la compra de un casco, como en cualquier otro elemento de seguridad de la moto, es un precio que puede salirnos muy caro. En esta sección de Club del Motorista tienes más consejos de seguridad en moto.